A la hora de elegir las aberturas para una obra nueva o una remodelación, el material con el que se fabrican puede influir notablemente en el resultado final. El aluminio se posiciona como una de las mejores opciones gracias a una combinación única de durabilidad, diseño, sustentabilidad y facilidad de mantenimiento. En esta nota, te contamos por qué el aluminio sigue siendo el favorito de arquitectos, desarrolladores y usuarios exigentes.
En primer lugar, el aluminio se destaca por su durabilidad. A diferencia de otros materiales, no se deforma con el paso del tiempo, no se hincha ante la humedad y resiste perfectamente la exposición a condiciones climáticas extremas sin perder sus propiedades.
En cuanto a la estética, ofrece una gran versatilidad. Los perfiles de aluminio permiten diseños modernos con marcos delgados que favorecen la entrada de luz natural. Además, están disponibles en una amplia gama de colores, acabados texturados, anodizados e incluso símil madera, lo que facilita su integración en cualquier estilo arquitectónico.
Desde una mirada sustentable, el aluminio tiene un perfil ecológico notable. Es completamente reciclable y su ciclo de vida es muy largo, lo que minimiza el impacto ambiental. Esto lo convierte en una opción ideal para quienes buscan construir de manera más consciente y responsable.
Otro aspecto importante es el mantenimiento. Las aberturas de aluminio no requieren pintura, barniz ni tratamientos especiales. Basta con una limpieza periódica con agua y jabón neutro para que se mantengan como nuevas durante años.
Por último, su rigidez estructural permite realizar cerramientos de grandes dimensiones sin refuerzos adicionales. Esto es clave en proyectos que demandan puertas de gran tamaño o paños fijos extensos con excelente visibilidad.
Si estás buscando una solución moderna, resistente, sustentable y de bajo mantenimiento, el aluminio es tu mejor aliado.


